Por Hna. Anna Maria Parenzan
Consolata Manding, FSP, fue una auténtica apóstol paulina que dedicó su vida a promover la cultura y el desarrollo de la comunicación en sus diversos aspectos. En colaboración con profesionales de la comunicación y organizaciones eclesiales, buscó continuamente nuevas formas de anunciar el Evangelio en un mundo en constante cambio.
Ingresó en la congregación en la casa de Pasay City el 1 de julio de 1963. Hizo el noviciado en Lipa y pronunció sus primeros votos el 30 de junio de 1968. Tras unos años, se dedicó a estudiar el fenómeno de la televisión. Después trabajó en los centros de comunicación de las diócesis de Manila y Davao. Más tarde, durante su estancia en Cebú, escribió y produjo programas de radio diarios.
De 1988 a 1991, la Hna. Consolata fue llamada a servir como superiora provincial, asumiendo todas las responsabilidades espirituales y organizativas del cargo. Escribió a la entonces superiora general, sor Maria Cevolani: «Ahora recaen sobre mis hombros grandes responsabilidades. Espero y rezo para llevar a cabo este servicio a mis hermanas, a la Congregación, a la Iglesia y a Dios con humildad y sencillez de corazón». Al final de su mandato, hna. Consolata siguió dedicándose a la producción televisiva en Cebú. Allí se dio cuenta de la necesidad de prepararse mejor para responder a los importantes desafíos creados por el mundo de la comunicación. Así, en 1994, obtuvo un máster en gestión del desarrollo, que aplicó a su misión como coordinadora general de producción de la provincia y consejera provincial para el apostolado.
En 2002, se doctoró en Comunicación por la Universidad de Filipinas en Diliman, con una tesis titulada Toward Building a Model Media Literacy Curriculum. Ese mismo año, recibió el permiso para poner en marcha el Instituto Paulino de Comunicación para Asia (PICA), un centro de formación pastoral en comunicación y educación mediática para la evangelización que ofrece un máster y un certificado en educación mediática a profesores, agentes de pastoral y seminaristas. Muy pronto, hna. Consolata se hizo conocida y apreciada en todo el país y a nivel internacional. A menudo era invitada a dar conferencias y seminarios sobre diversos temas, incluido el papel de los medios de comunicación en el diálogo interreligioso y la pacificación. Para promover la extensión del programa de alfabetización mediática en las diócesis más pobladas, recibió financiación de SIGNIS (la Asociación Católica Mundial para la Comunicación), la CEI y el Fondo Hilton para Hermanas. A pesar del reconocimiento oficial, Sor Consolata era una persona sencilla y amable. Consolata era una persona sencilla, amable y cariñosa que recordaba el cumpleaños de cada hermana con un pequeño regalo.
En 2019, cuando se encontraba en el apogeo de su actividad, se le diagnosticó un cáncer de mama, que pronto se extendió a los pulmones. Hace tres días, fue hospitalizada debido a una neumonía y dificultad para respirar. La expresión bíblica que guió su vida y que eligió para la estampa de su25º jubileo de profesión es especialmente significativa: «Cantaré eternamente el gran amor del Señor, con mi boca daré a conocer su fidelidad…» (cf. Sal 89.) Sor M. Consolata cantaba y comunicaba este amor con todo su corazón y con todos los lenguajes de la comunicación. Ahora, con el Padre, seguirá rezando por todos los comunicadores para que hablen de la belleza y del amor de Dios.