Durante el Congreso Mundial SIGNIS 2022, llevado a cabo bajo el tema «Paz en el Mundo Digital», exploramos los temas de las guerras globales y la cultura de fricción y odio en el mundo digital que enfrentan los periodistas que apoyan la paz.
En el Foro Internacional de Periodistas, tuvimos el honor de entrevistar a Young-mi Kim, reconocida reportera coreana especializada en zonas de guerra. Con ella, tuvimos la oportunidad de hablar sobre el papel que los periodistas deben desempeñar para el bien común dentro de la historia de conflictos en curso, desde la perspectiva de alguien que ha estado allí.
En un emotivo discurso que abordó el impacto civil de la guerra en Ucrania, la periodista Young-mi Kim resaltó las consecuencias devastadoras que enfrentan los ciudadanos ucranianos comunes. Yulia, una ama de casa de 38 años y trabajadora de oficina en Kiev, perdió su departamento soñado en un bombardeo, mientras que otros perdieron sus automóviles recién pagados y la oportunidad de acceder a una educación superior. Con padres reclutados y madres obligadas a cruzar fronteras con sus hijos, las familias quedaron destrozadas, dejando a los ancianos incapaces de evacuar debido a limitaciones físicas. La carga emocional era palpable, como ella vio en una desgarradora videollamada entre un reportero y su abuela. Kim enfatizó que el daño infligido por la guerra va más allá de las perspectivas ideológicas e incluye las trágicas historias de los civiles atrapados en el fuego cruzado. En medio de tal tragedia, cuestionó a dónde pueden recurrir estos individuos para buscar justicia y pedir ayuda.
Kim afirmó que las guerras persisten debido al silencio de los ciudadanos ante conflictos injustos en todo el mundo. Citando la continua guerra civil en Siria, señaló que la indiferencia de los medios globales y los ciudadanos ha permitido que el conflicto perdure durante más de una década. Los estrechos vínculos entre el gobierno sirio y Rusia, este último desplegando su fuerza aérea, han complicado aún más la situación. Kim enfatizó que en la era digital actual, marcada por el poder de Internet, es más fácil que nunca hacer que se escuche una voz y crear conciencia. Estableciendo paralelismos con la Revolución de Jazmín y la crítica continua al ejército de Myanmar por parte de los ciudadanos a través de las redes sociales, enfatizó la importancia de utilizar tecnologías avanzadas para arrojar luz sobre las trágicas historias de guerra. Instó a las personas a empatizar con los sacrificios realizados por otros y reconocer que tales tragedias podrían afectar a cualquiera, motivándolos a alzar la voz en busca de justicia. A pesar de estos avances tecnológicos, Kim expresó su preocupación de que el silencio prevalezca cuando se trata de abordar guerras injustas y sacrificios.
Habiendo presenciado innumerables muertes de primera mano, Kim enfatizó el valor y la preciosidad de cada vida afectada por la guerra. Destacó la necesidad de rechazar la violencia e imprimir en los medios y los ciudadanos globales la proposición de que la violencia nunca debe ser tolerada por nadie en ningún momento. Reflexionando sobre los fracasos de la comunidad internacional para prevenir guerras civiles e internacionales, incluyendo la guerra en Ucrania y la dictadura militar en Myanmar, Kim enfatizó que aún no es demasiado tarde para tomar medidas. Abogó por investigaciones exhaustivas sobre eventos como la masacre de Bucha en Ucrania y la búsqueda de justicia para los responsables. Además, enfatizó la importancia de imponer sanciones internacionales a la junta militar de Myanmar por su opresión contra las fuerzas democráticas. Los sistemas establecidos, como la Corte Penal Internacional (CPI) y las Convenciones de Ginebra, brindan vías para proteger los derechos humanos de los civiles en tiempos de guerra. Kim instó a los medios y los ciudadanos a operar dentro de este sistema de paz, que es un legado transmitido por los ancestros. Consideró que es la dignidad de la humanidad hacer esfuerzos inmediatos para detener la violencia y minimizar las víctimas civiles, asegurando un futuro pacífico para las próximas generaciones.